Llegaron las rebajas y navegando valientemente entre oleadas de marujas, sorteando pilas de artículos variados con un 30% de descuento, haciendo cola para ser atendido por uno de los cada vez más escasos comerciales allí estaba yo, en el Corte Inglés de mi barrio, buscando chollos.
Había varias cosas que tenía pensadas comprar, cosas cuya adquisición había postergado hasta la época de rebajas para conseguirlas con un considerable ahorro. Y vaya si ahorré: se me han ido 1100 euros en varios artículos que fuera de periodo de rebajas me hubiesen costado fácilmente entre 250 y 400 euros más.
"Además -comentaba orgulloso en un foro- en el Corte Inglés tengo la seguridad de que son gente seria y formal y que no va a haber ningún problema con ellos". La verdad es que no es ni mucho menos la primera compra que hago en el famoso centro comercial y hasta ahora siempre había sido así, la seriedad y corrección del Corte Inglés realmente parecía tan inglesa como su nombre indica... hasta ahora.
Los dos artículos más caros que he comprado, un aparato de aire acondicionado y una bicicleta, tenían que haber llegado como muy tarde hoy, pero sigo esperando. Otro artículo adicional que compré por internet y pensé que llegaría "volando"... nada, ni de coña, sigo esperando. No he recibido ni una llamada o justificación por el retraso, es más, tuve problemas porque uno de los artículos -el más caro- me lo cobraron por duplicado "por un error de nuestros sistemas". Del "pequeño error" de más de 700 euros tuve que darme cuenta yo, porque ellos no hicieron absolutamente nada por subsanarlo.
En fin, espero empezar a recibir mis compras esta semana, no me apetece darme el paseo hasta el centro comercial más cercano para protestar y reclamar lo que ya me cobraron hace una semana.
"Si no está satisfecho le devolvemos su dinero" clama su slogan a los cuatro vientos... quizás termine haciendo uso de su promesa.
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