lunes, 25 de julio de 2011

Casarse o morir con 30 años



Estoy pasando unos meses algo más justo de dinero de lo que imaginaba, no porque me falte "entrada de capital" sino porque todo el dinero que recibo lo tengo que dedicar a pagar deudas. Aunque no es la mejor época para gastar dinero (en realidad nunca lo es, uno siempre tiene planes para su pasta), he sido invitado de golpe a 2 bodas que se celebrarán tras el insoportable calor del verano de mi ciudad. En el primer instante, justo después de haber recibido la noticia, a uno siempre le alegra pensar que ha sido invitado a una celebración en la que lo va a pasar en grande, pero a ese pensamiento positivo se añade uno menos feliz al recordar que habrá que hacer un regalo y ajustar aún más las cuentas del año. En este momento mis estimaciones para el segundo semestre del año reflejan la necesidad de pagar una deuda total de 6800 euros (ahí es nada!), sumados por supuesto a otros gastos habituales y no menos cuantiosos. Y todo ese dinero ha de salir de un salario que, fiel a la tradición de este país tercermundista, va poco más allá del mileurismo.

Pero no nos desviemos del tema central del post: ¿de dónde viene esta concentración de bodas?. En mi caso la explicación no es tener una barbaridad de amigos, porque aunque no tengo pocos suelo ser más bien selecto para escoger la gente con la que me junto. No obstante todo el mundo a mi alrededor está decidiendo casarse prácticamente al mismo tiempo en un intervalo de +-2 años, lo que supone que entre este año y el que viene voy a asistir probablemente a más bodas que en toda mi vida (true fact). Teniendo en cuenta que la esperanza de vida media de un español es de 81,5 años, ¿cómo es posible que la enorme mayoría de mis amigos y conocidos se casen en el mismo año o con un par de años a lo sumo de diferencia? De acuerdo, en honor a la verdad vamos a partir de la base de que nadie se suele casar antes de los 20 ni después de los 40 (al menos por primera vez), reduciendo esta franja a 20 años. Pero aún así... sigue siendo raro que las bodas se concentren en un intervalo de un par de años cuando podrían distrubuirse mejor a lo largo de la veintena y treintena.

Creo que esta coincidencia se debe a la conjunción de varios factores:

  • A mi edad, las parejas ya suelen haber acumulado suficientes años de relación como para considerar sus uniones estables. No obstante llama la atención de que en muchos casos han pasado por relaciones anteriores más longevas y sin embargo no lo consideraban la "época adecuada".
  • También al principio de la treintena el español medio empieza a tener -si no se ha quedado en el paro como tantos otros- dinero suficiente como para poder hipotecarse y compartir un techo. Creo que esto es más romántico para los bancos que para las personas pero así es la realidad de dura.
  • Existe una fuerte influencia social con un doble origen: la familia y los amigos. Creo que este es el factor más decisivo, porque si bien hay parejas que en otra época de su vida tuvieron relaciones más estables decidieron no casarse por el mero hecho de que "nadie más lo estaba haciendo" o que "aún era pronto". Es más, muchas personas que en la época actual llevan saliendo poco tiempo deciden casarse igualmente, muchas veces luchando contra viento y marea (problemas económicos, paro, etc). Es decir, nadie quiere ser el bicho raro que se casó "demasiado pronto" o "que se le pasó el arroz", aunque esos términos sean completamente ilógicos, subjetivos y vacíos. 
También en esto, como en otras muchas cosas, voy a salirme de la corriente generalizada y aunque me alegro mucho por mis amigos y conocidos que se casan (si es que eso les hace felices) yo no tengo entre mis prioridades alcanzar el status social de "casado" a toda prisa. Y no lo digo sólo porque mi soltería me impediría casarme aunque lo desease /forever alone/ :) sino porque creo que aunque tuviese pareja aún me queda mucho por vivir y que las cosas deben de afianzarse y llegar a su debido tiempo, no al que dicta el entorno.

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